¡Allá van los niños, se fueron los niños!
Por Azael Alberto Vigil (Lito Curly)
04-21-15
Allá van los niños centroamericanos rumbo norte en busca
de sueños
Allá van los niños con sus mochilas al hombro repletas de
ensueños
Atrás quedan sus padres con el corazón en la mano y
lágrimas en la mirada.
Atrás dejan su infancia, cordón umbilical, cultura,
familia, religión e idioma.
Allá van los niños tristes al encuentro de un nuevo
porvenir, no les queda otra salida
Abandonan a su país que los aborta en silencio y les
prescribe sálvese quien pueda
Allá están los políticos de turno hablando de progreso,
economía -en- auge y libertad
Hablan de más impuestos, educación y salud con una
nefaria y burlesca seriedad.
Miguelito cumplió sus 12 añitos y ya los del arrabal lo
quieren reclutar
Juancito fue descuartizado en cien pedazos por no querer
aceptar
Lolita fue secuestrada, violada y asesinada el día de su
fiesta quinceañera
Las muchachas de su edad son perseguidas y acosadas por
doquiera.
En El Salvador y Honduras ser niño pobre es estar
condenado a una muerte anticipada
Nada ha cambiado desde hace treinta años que mis hermanos
y yo huimos de la guerra.
La misma película de siempre se repite con distintos
actores, hechores y traidores
El niño siempre en ‘carrera’ permanente, siempre
perseguido y martirizado en sus albores…
Allá van los niños centroamericanos rumbo norte en busca
de vida
Huyen de la muerte que se pasea a diario por el patio de
sus casas.
Atrás dejan sus juguetes queridos, el perro y el gato más
la sonrisa
Allá van los niños con sus pobres inocencias de equipaje,
sin camisa.
Un país sin niños es un país sin esperanzas que ciego y
necio espera un futuro mejor.
Un país sin niños es un próximo asilo de ancianos que no
tendrá quien le lleve flores al entierro.
Un país que no cuida a sus niños se precipita a su propio
precipicio con nublado juicio.
Un país que expulsa a sus niños, también regala su
capital social y tarde o temprano se queda sin la tortilla ni el comal…
¡Allá van los niños, se fueron los niños!
El niño es como una semilla, sin semilla no hay àrbol, y sin àrbol, no hay vida, ni fruto, nuestro problema principal es que la sociedad no puede aceptar su realidad.
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